EDUCACIÓN VIRTUAL
Julio 25, 2025
¿Por qué algunos estudiantes aprenden más rápido que otros? A veces, en un mismo salón, un niño memoriza con facilidad mientras otro necesita más tiempo, pausas o estímulos visuales. ¿Es falta de atención o hay algo más profundo en juego? La respuesta la tiene el neuroaprendizaje, una forma de entender la educación desde el funcionamiento del cerebro, que está transformando paulatinamente las aulas colombianas.
Según estudios en neurociencia educativa, las emociones, el entorno y la motivación influyen directamente en la consolidación del aprendizaje. Y cada vez más instituciones están aplicando estrategias basadas en esta evidencia para mejorar sus prácticas pedagógicas
El neuroaprendizaje es un enfoque educativo que aplica la neurociencia para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje. En otras palabras, se trata de enseñar como el cerebro aprende realmente: con emoción, repetición significativa y variedad de estímulos sensoriales.
En Colombia, esta perspectiva ha cobrado fuerza en el contexto de la educación basada en el cerebro, donde docentes y directivos buscan responder a los desafíos del siglo XXI con herramientas que respeten el desarrollo cognitivo de cada estudiante. Para muchos, el entorno digital se ha convertido en un espacio ideal para implementar estas estrategias: descubre qué es la educación virtual, y cómo es que el neuroaprendizaje se adapta a contextos digitales.
La enseñanza ya no se entiende solo como transmisión de conocimiento. Desde la neuroeducación, es un proceso de construcción de sentido que respeta los ritmos y modos en que el cerebro aprende. Esto transforma el rol docente: de emisor del saber a facilitador de experiencias cognitivas.
Entender cómo aprende el cerebro es el punto de partida para transformar la enseñanza. Estos tres principios fundamentales, respaldados por la neurociencia, ayudan a los docentes a diseñar experiencias que conectan, motivan y respetan la diversidad cognitiva del aula:
Aplicar estrategias de neuroaprendizaje, en el aula, no solo mejora el rendimiento académico, también potencia la motivación y el bienestar de los estudiantes. A continuación, exploramos tres enfoques prácticos que ya están transformando la educación en Colombia.
En el Colegio Gimnasio Moderno de Bogotá, los docentes han incorporado actividades táctiles y kinestésicas en clases de lectura para estudiantes de primaria. Desde formar palabras con plastilina hasta dramatizar textos breves, los resultados han sido notables: mejora en la comprensión lectora y mayor participación.
Esto responde a una de las principales estrategias de neuroaprendizaje: activar múltiples sentidos para consolidar la memoria. Según expertos, cuando se involucra el cuerpo, se activan más redes neuronales, lo cual mejora la retención.
Un modelo implementado en instituciones de Medellín, como la Fundación Escuela para la Vida, ha demostrado que el clima emocional en el aula es tan importante como el currículo. Las clases inician con rutinas socioemocionales: círculos de la palabra, identificación de emociones, música suave.
Estas acciones están alineadas con la neurociencia, que ha mostrado que el cerebro aprende mejor cuando se siente seguro y valorado. Esto no solo favorece la convivencia, sino que mejora el desempeño en pruebas académicas.
Estudiantes del Liceo Boston, en Cali, con distintos ritmos reciben tareas ajustadas a su nivel, mientras otros avanzan con retos adicionales. La clave está en que todos se sienten desafiados, pero no abrumados.
Esta experiencia ilustra muy bien qué es la enseñanza personalizada en neuroaprendizaje: diseñar experiencias según el funcionamiento cognitivo de cada estudiante, no según estándares homogéneos.
La enseñanza personalizada es un enfoque donde las estrategias, recursos y tiempos se adaptan a las necesidades individuales de los estudiantes. Se asocia con el neuroaprendizaje porque cada cerebro tiene formas únicas de procesar la información, y personalizar permite activar mejor esas rutas.
Implementar estrategias de neuroaprendizaje nos invita a repensar la manera en que evaluamos, motivamos y acompañamos a los estudiantes. Como sociedad, implica un cambio profundo: pasar de exigir resultados inmediatos a cultivar procesos sostenibles de aprendizaje.
“El aula del futuro no es un lugar, es una metodología activa centrada en el alumno y su forma de aprender”. Aula del Futuro, INTEF.
Innovar no siempre significa incorporar tecnología, sino replantear la forma en que acompañamos los procesos de aprendizaje. Desde ahí, la neuroeducación se convierte en una invitación a enseñar con más consciencia, empatía y propósito.
La educación no transforma el mundo de manera inmediata, pero sí forma a quienes lo hacen posible. Y cuando se enseña con base en el conocimiento del cerebro, no solo se transmite información: se reconoce al otro como ser humano en toda su complejidad. Enseñar desde la neurociencia es también enseñar con dignidad.
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Fuentes:
Tokuhama-Espinosa, T. (2011). Mind, brain, and education science: A comprehensive guide to the new brain-based teaching. W. W. Norton & Company.
OEI (Organización de Estados Iberoamericanos). (2020). Neurociencia y educación: aportes para el desarrollo educativo en Iberoamérica. Recuperado de: https://www.oei.es
Gobernación de Antioquia. (2022, 19 de octubre). Gobernación de Antioquia pone en marcha el proyecto Escuelas para la Vida. Recuperado de https://antioquia.gov.co/oculto-secretaria-educacion/21-practicantes-fortaleceran-el-programa-escuelas-para-la-vida.html
UNESCO – Neuroeducation and cognitive science in educational policy: https://unesdoc.unesco.org
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